Las festividades por la Navidad culminan el 2 de febrero. Es en este día que las celebraciones iniciadas en diciembre con el nacimiento de Cristo y que continuaron en enero 6 con la fiesta de los Reyes Magos, terminan con la Presentación del Niño Jesús en el Templo.
Origenes de la festividad
De acuerdo a la ley judía, las mujeres que hubieran tenido un varón debían practicarle la circuncisión a los ocho días de nacidos, mientras ellas se sometían a una purificación a través del recogimiento y la oración. Trascurridos 40 días, debían llevar el niño al templo.
Jesucristo, al ser judío, también fue presentado por sus padres, cumpliéndose así el lapso para el ritual si se cuenta del 25 de diciembre al 2 de febrero. Fue así que José, María y Jesús, encontraron a Simeón, quien profetizó que el niño sería la luz que iluminaría a la humanidad y desde entonces, las candelas representan la luz de Cristo en los hogares.
Esta tradición se extendió luego a los países del Medio Oriente y de ahí, paso a Roma. El antecedente remoto de vestir al niño Dios data del siglo VI, cuando se comenzó a celebrar la Fiesta de la Purificación de la Virgen María y la Presentación del Niño Jesús en el templo. Más adelante, en el siglo IX, se le agregó la ceremonia de bendición de las candelas, palabra de donde se deriva la fiesta del Día de la Candelaria.
Cuentan que la Virgen de la Candelaria se apareció en Tenerife (Islas Canarias), al sur oeste de España, a principios del siglo XV.
El conquistador de Tenerife, Alonso Fernández de Lugo, celebró en 1497 la primera Fiesta de Las Candelas (ya como Virgen María de La Candelaria), coincidiendo con la Fiesta de la Purificación.
Más tarde esta advocación mariana y su fiesta serían llevadas a España donde se popularizó especialmente entre los marineros que la tomaron como abogada y la izaron al lado de los timones, en las travesías hacia América.
Más tarde esta advocación mariana y su fiesta serían llevadas a España donde se popularizó especialmente entre los marineros que la tomaron como abogada y la izaron al lado de los timones, en las travesías hacia América.
México y sus tradiciones
Mientras tanto en México, se llevaban ofrendas a los dioses para pedir lluvia para las próximas cosechas, se hacían sacrificios y ofrendas con maíz y tamales.
Al llegar los colonizadores españoles, ambas tradiciones se fusionaron para dar lugar a la Fiesta de la Candelaria que conocemos actualmente en México.
Ritual
Temprano en la mañana, los padrinos del Niño Dios (aquellos que lo arrullaron el 24 de diciembre antes de ponerlo en el nacimiento) lo visten de blanco o de cualquier advocación en la cual no lleve corona ni trono.
El Niño se lleva a misa sobre una charola o una canasta amplia, adornada con flores, listones y dulces, para ser bendecido con candelas (velas hechas de cera pura), luego regresa a su casa y pasa el resto del año sentado en una silla.
A partir de entonces, debe tener prendida una veladora hasta el próximo dos de febrero.
Para el segundo año el vestido es optativo, pero también sin trono ni corona, y puede ser ya el de un santo porque al Niño Dios se le empieza a considerar digno de santidad.
Es en el tercer año y último cuando, según dicta la tradición, el padrino o la madrina pueden vestir al Niño Dios con otros vestuarios que pueden ser la del Santo Niño de Atocha, el de los Milagros, Sagrado Corazón de Jesús, Cristo Rey, San Antonio Abad, San Judas Tadeo e, incluso, como al Niño Futbolero.
A partir de este momento al niño ya se le rinde culto para que conceda gracias y milagros.
Después de la misa de bendición del Niño Dios se retorna a la casa para celebrar el acontecimiento con una fiesta que dan quienes obtuvieron el niño oculto en la rosca de reyes del 6 de enero.
Se comen tamales de variados sabores: rajas con queso, verdes, mole con pollo o carne de puerco y dulces, acompañados de un exquisito atole o café.
Se comen tamales de variados sabores: rajas con queso, verdes, mole con pollo o carne de puerco y dulces, acompañados de un exquisito atole o café.
En algunas ciudades se celebra esta festividad con bailes populares, juegos pirotécnicos, procesiones, ferias, música de banda, representaciones teatrales, intercambio de flores y danzas tradicionales.
En Cuba no se sigue esta tradición.
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