Cada segundo domingo de mayo Cuba, Estados Unidos y otros países celebran el Día de las Madres.
Era una antigua costumbre que ese
día los que tenían a su mamá viva ostentaran una flor roja en el pecho mientras
para las ya fallecidas se usaba una flor blanca. Generalmente eran claveles o
rosas.
Para ti madre que lees esto, van
mis felicitaciones.
Madre mía.
Cuando los ojos a la vida abría,
al comenzar mi terrenal carrera,
la hermosa luz que vi por vez
primera
fue la luz de tus ojos, ¡madre
mía!.
Y hoy que, siguiendo mi escarpada
vía,
espesas sombras hallo por
doquiera,
la luz de tu mirada placentera
ilumina mi senda todavía.
Mírame, ¡oh madre!, en la
postrera hora,
cuando a las sombras de mi noche
oscura
avance ya con vacilante paso.
Quiero que el sol que iluminó mi
aurora
sea el mismo sol que con su
lumbre pura
desvanezca las brumas de mi
ocaso.
Rafael Escobar Roa
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