Según el Diccionario de la RAE, pastel. (Del fr. ant. pastel): Masa de harina y manteca, cocida al horno, en que ordinariamente se envuelve crema o dulce, carne, fruta o pescado.
En México también se dice pastel a lo que en otros países se conoce como cake o tarta.
Breve historia de la pastelería
La primera receta de pastel en la historia proviene de un tratado sobre elaboración del pan denominado Artokopikos escrito por el gastrónomo griego Crisipo de Tiana, donde describe el plakon como una mezcla de harina de centeno con queso y miel.
Los romanos, influenciados por los griegos, comenzaron a hacer panes dulces que denominaban placenta (muy similar a un pastel de queso).
Durante el Renacimiento, los cocineros italianos fueron famosos en Europa por su habilidad en el horneado y cocción del pan, introdujeron los denominados biscuits (bizcocho, literalmente: «dos veces cocinado»).
En el siglo XVI se empieza a distinguir en Francia los panaderos de los reposteros de profesión.
En España los árabes introducen la caña de azúcar y de la mano de los conquistadores llega de México el chocolate que los reposteros trabajaron añadiéndole azúcar para deshacer su sabor amargo y aromatizándolo con vainilla.
Francisco Martínez Montiño, cocinero de Felipe II, en 1611 escribe la primera obra dedicada en exclusiva a la repostería «Arte de Cocina, Pastelería, Vizcochería y Conservería» donde se habla de la masa de hojaldre
Desde los inicios del siglo XVIII, la palabra repostería se refería al arte de confeccionar pasteles, postres, dulces, turrones, dulces secos, helados y bebidas licorosas.
En México los conquistadores españoles introducen el azúcar y la leche junto a otros ingredientes y se confeccionan nuevos platillos. Surgen conventos de monjas que, para las misas de Aguinaldo en Navidad, confeccionaban y ofrecían variados dulces.
En Guadalajara, las monjas del convento de Santa María de Gracia aprovechaban la ocasión para dar regalos a las personas que las ayudaron durante el año, estos regalos estaban elaborados en los hornos y braseros de sus conventos.
Aquellos que no tenían habilidad para hacer en sus casas esas recetas encargaban a los conventos los platillos o piezas de repostería para la casa o para regalar a amigos pues Guadalajara no tenía pastelerías ni restaurantes.
Las monjas de Santa María de Gracia de Jesús María eran muy solicitadas para la elaboración de esos ricos alimentos, pues tenían muy buena fama .
El pan dulce llega a México con los franceses que se asientan en el país mucho antes de la llegada de Maximiliano I.
A finales del siglo XIX se establecieron los primeros restaurantes-bares-pastelerías de lujo en Guadalajara: "El Paraíso Terrestre y "La Fama Italiana", propiedad de José Rolleri frente a la Plaza de Armas que tenía dulcería, pastelería, servicio de cantina y se especializaba en banquetes, lunchs y ambigús, para dentro y fuera de la ciudad.
Actualmente en México hay unas mil 200 variedades de pan dulce que pueden tener diferentes formas: conchas, chilindrinas, polvorones, mantecadas, rollos tostados con azúcar cubiertos de vainilla, chocolate, canela, o limón y muchas otras.
También hay gran variedad de pasteles hechos con hojaldre: pie de manzana o de otras frutas, pie de queso, cuernitos con relleno dulce, tartaletas, orejas, etc.
Los ofertan en dulcerías, supermercados, tiendas de abarrotes y puestos callejeros.
En la ciudad proliferan las pastelerías donde se venden exquisitos dulces y pasteles de distintos sabores, el de tres leches es mi preferido aunque también existen los cubiertos de chocolate, rellenos y adornados con frutas que son riquísimos.
El Sanborns situado en el Centro Histórico se distingue por sus maravillosos y sabrosos pasteles para todas las ocasiones que pueden ser comprados a pedido. Una muestra de ellos se exhibe permanentemente en vitrinas que el paseante puede admirar desde la calle.
Gran variedad de dulces y pasteles: una gran tentación…
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Hola,
ResponderEliminarReconozco que soy muy dulcera, no en vano mi padre tuvo dulcería. Recuerdo cuando me llevaba a pesar al almacén donde estaban los sacos de harina, y pasábamos por aquellas mesas llenas de deliciosos dulces, ¡ese olor tan rico! y él me decía: puedes tomar un dulce, y yo, como era obediente, tomaba uno, pero la intención era arrancar con todos los que hubiese podido.
Lo malo es que con los años el metabolismo me ha cambiado y los excesos se me notan. ¡Añoro esos años en que yo era "Lolita la flaquita"!
Que tengas una buena semana amiguita.
Hola Lola!
ResponderEliminarYo tambien soY muy dulcera, sin postre, es como si no hubiera comido...
Muy sabrosos los postres cubanos...
Te acuerdas de La Gran Vía?
saludos
Adligmary
:o
ResponderEliminarMe encantan los patelillos, me gustaría hacerlo con slime y algunos para comer.
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