Desde 2002 cada 6 de abril se celebra
el Día Mundial de la Activación Física instaurado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) con el fin de concientizar a la población sobre la
importancia de la actividad física diaria y los beneficios que representa para
la salud.
Los inicios
Aunque en Egipto se practicaban ejercicios para ganar flexibilidad, fuerza y resistencia en actividades como lucha, carreras, tiro y torneos de natación y remo, entre otras, fue en Grecia donde utilizaron el término “gimnasia” para designar aquellos ejercicios destinados a la atención del cuerpo humano que incluía correr, saltar, lanzar, luchar, levantar pesas, nadar y la ejecución de elementos acrobáticos.
Con el tiempo, el ejercicio adquirió propósitos éticos, estéticos e higiénicos, y realizar actividades físicas de forma sistemática se convirtió en un fenómeno social y cultural que llevó a los hombres a prepararse para poseer atributos y habilidades que los destacaran del resto. Habían tres diferentes vertientes: militar, atlético-competitivo y de mantenimiento físico.
La Calistenia
La calistenia tiene su origen en el siglo IV a.C., y la primera información surge en las crónicas de
Heródoto. Se define como un conjunto de
ejercicios que centran su interés en los movimientos de grupos musculares, más
que en la potencia y el esfuerzo, con el objetivo de desarrollar la agilidad,
la fuerza física y la flexibilidad. Se intenta lograr la mayor contracción
muscular y que el cuerpo adquiera una alineación correcta, ya que así permite
modelar el cuerpo, mejorar la postura y definir un buen contorno corporal. Durante
su entrenamiento de calistenia, los atletas realizaban flexiones, dominadas,
saltos, zancadas y ejercicios abdominales.
La cultura asiática utilizó la calistenia para entrenar a sus guerreros y para 1822 empezó a crecer esta tendencia y a difundirse por Francia e Inglaterra.
A mediados del siglo XIX, este fenómeno empezaba a expandirse por Europa y por EEUU, con el libro “Fisiología y calistenia para las escuelas y las familias” de Catherine Beecher.
Quizás algunos adultos mayores recuerden las clases de calistenia en sus escuelas que, con el paso del tiempo, empezaron a llamarse clases de Educación Física, cuyo objetivo principal es la educación y la salud.
Actividad Física
La actividad física genera muchos beneficios como lo es la regulación de peso corporal evitando la obesidad, previene enfermedades degenerativas y cardiovasculares.
Uno de sus principales propósitos es lograr en aquellos que la practican, adquieran
un estilo de vida activo y saludable.
La
Organización Mundial de la Salud (OMS), en la Carta de Ottawa (1986),
considera los estilos de vida saludables como componentes importantes de
intervención para promover la salud en el marco de la vida cotidiana, en los
centros de enseñanza, de trabajo y de recreo.
Propuesta de Actividades Físicas
Se considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los
músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Ello incluye los
deportes, el ejercicio y otras actividades, tales como el juego, el caminar,
las tareas domésticas, la jardinería o el baile.
Caminar es muy beneficioso para la salud y con 30 minutos al día es
suficiente.
Es una rutina que mejora en gran
medida el riego sanguíneo y la
presión arterial. Además, ayuda a mantener el peso y la agilidad, a fortalecer
el corazón, prevenir la osteoporosis y tonificar el cuerpo. Caminar es una de
las actividades más completas y eficaces.
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