martes, 12 de abril de 2022

El Grito de Munch

“El Grito” de Edvard Munch figura entre las  obras más conocidas en la historia de la pintura y uno de los cuadros más caros del mundo. 

Edvard Munch

Nació el 12 de diciembre de 1863 en Løten, Noruega. Tuvo una infancia difícil que dio lugar a una personalidad conflictiva y un tanto desequilibrada.

En 1879 comenzó  a estudiar  ingeniería, pero unos años más tarde la dejó  para empezar su carrera artística que le abrió el camino al desarrollo del expresionismo. Tenía un estilo sumamente personal, basado en acentuar la fuerza expresiva de la línea, reducir las formas a su expresión más esquemática y hacer un uso simbólico, no naturalista, del color, y de ahí su clasificación como pintor simbolista. En la gran mayoría de sus obras reflejó la enfermedad, la muerte y la obsesión religiosa que llenaron su infancia y su juventud.

Falleció el 23 de enero de 1944 dejando un legado de más de 1000 cuadros, 15 400 grabados, 4500 dibujos y acuarelas y seis esculturas a la ciudad de Oslo, que construyó el Museo Munch en el barrio de Tøyen.

El Grito

La obra data de 1893 y, según  las propias palabras de Munch,  es una persona que se cubre los oídos mientras escucha los gritos de la naturaleza.

Munch realizó cuatro versiones en pintura de esta obra entre 1893 y 1910. Simplificó mucho el paisaje, pero se sabe que es la colina y pueblo de Ekeberg, junto al fiordo de Kristiania.

Todas las versiones muestran una figura andrógina en primer plano, que simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial, la versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Noruega.

La versión que llevaba 70 años en manos del noruego Petter Olsen, cuyo padre había sido vecino, amigo y luego mecenas de Munch, fue subastada el 2 de mayo de 2012 por 119,9 millones de dólares, en la casa Sotheby's de Nueva York.

Por qué gritamos?

Gritar es hablar con un tono de voz más alto de lo que se considera normal.

En 2021 un artículo  de BBC News Mundo explicaba: “El profesor Frühholz que dirige el equipo de investigación de Neurociencia Cognitiva y Afectiva de la Universidad de Zúrich acaba de publicar un estudio en el que se identifican al menos seis tipos de emociones que expresamos a los gritos. Y no todas son negativas.

 Ellas son: dolor, ira, miedo, tristeza, alegría y placer.

A considerar…

Gritar durante una discusión socava la eficacia de nuestro mensaje, por eso le recomendamos:

1. Dejar de ver al otro como un enemigo a batir. Podemos lograr que reflexione haciéndole preguntas que le animen a analizar sus propios argumentos.

2. Dominar el arte de hacer preguntas. Podemos lograr que reflexione haciéndole preguntas que le animen a analizar sus propios argumentos.

3. Parar y volver a empezar. Cuando somos capaces de decir “alto”, recuperar la calma y bajar la voz, comprendemos que la verdadera fuerza o el poder no radica en los gritos sino en ser capaces de gestionar asertivamente nuestras emociones para reencauzar la conversación.

Alzar la voz no nos volverá más persuasivos, solo generará tensión, ira y frustración.

Para saber

-Países con sellos de Munch: Brasil, Ghana y Noruega

-El pintor mexicano Mauricio García Vega tiene una versión de "El Grito" en blanco y negro.

-El Grito de Munch se convirtió en uno de los cuadros más famosos de finales del siglo XIX (que evoca los futuros horrores que se avecinaban en Europa) y hoy es considerada una especie de Mona Lisa moderna.

Los gritos bien pueden ser aprovechados para expresar emociones contenidas, ya sea tristeza o enojo. Los especialistas sostienen que quienes no gritan para expresar sus emociones pueden presentar enfermedades físicas y mentales. Depresión y neurosis son algunos de los padecimientos que pueden desencadenarse por la contención de las emociones. Además de úlceras gástricas o dificultad para respirar.

Uno de los ejercicios que terapeutas recomiendan a sus pacientes es que griten a solas en su casa, para sacar la tristeza, enojo, frustración, envidia.

En 2017 el inventor español  Pep Torres, creó Scream Cabin, una cabina para gritar en la oficina y que pretende ser un alivio en momentos de tensión laboral y personal. Consiste en un cubículo insonorizado con un botón rojo y unos auriculares para aislar el ruido.

También el complejo hotelero Royal Hideway Sancti Petri, en Chiclana (Cádiz) ha ideado la actividad Shout Therapy, una escapada con el único objetivo de gritar frente al mar hasta descargar la tensión acumulada y quedarse liberado..

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