Mi primera gran sorpresa en Guadalajara fue al salir del aeropuerto, a pocos minutos de llegar y en plena carretera hacia la ciudad. Todos los espacios posibles en vallas, muros, postes eléctricos y en lugares inimaginables estaban saturados con propaganda política. Muy diferente a lo que se ve en Cuba, donde solo existen algunas vallas aisladas con propaganda turística o del Partido Comunista, el único que existe.
La propaganda en Guadalajara era de partidos diferentes, todas, promoviendo a su candidato, estábamos en periodo de elecciones y cada partido trataba de influir en la población para que eligiera a su líder. En México hay muchos partidos políticos pero los que más se destacan son PAN, PRI, PRD, PT y PVEM, entre otros. La gran mayoría de la población se inclina por uno de estos. Ese día me quedo muy claro una cosa: hay que pensar bien para hablar de política con un mexicano, todos y cada uno de ellos defiende ardorosamente su posición y el partido con el que simpatizan y un extranjero está en desventaja al no conocer los vericuetos de la política mexicana y su historia. Es increíble, todos piensan que tienen la verdad en la mano y a su vez, todos opinan, hasta las monjas!
Dicen los que saben que, en reuniones es preferible no hablar ni de política ni de religión…y así, el ambiente no se tornara enrarecido...
Creo que en todos los países ocurre lo mismo, muy buen consejo que trato de aplicar diariamente.
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