martes, 11 de enero de 2022

Qué Sonidos te traen Recuerdos?

Desde que nacemos estamos rodeados de sonidos.

Algunos nos acompañaran toda la vida, esos, nos traen recuerdos de épocas pasadas, buenas o malas…

Sonidos

El sonido que oímos  (entre 20 y 20 000 hercios) consiste en ondas sonoras y ondas acústicas que se producen cuando las oscilaciones de la presión del aire, son convertidas en ondas mecánicas en el oído humano y percibidas por el cerebro.

Los sonidos  son capaces de despertar recuerdos dormidos. Desde  niños atesoramos  sonidos  que permanecen guardados en el subconsciente. De la juventud  y de nuestra vida adulta también guardamos experiencias. Hay sonidos que nos hacen evocar y revivir  momentos memorables.

Se recuerda mejor lo que tiene mayor significado para nosotros.

Muchos de nuestros recuerdos a través de sonidos están influidos por el entorno donde los oímos. Son distintos los recuerdos  de quien vivió desde su infancia en el campo o en la ciudad.

Al que nació y se crió en el campo le traerá buenos recuerdos el canto del gallo al amanecer o el de los grillos en la noche, el sonido del río al correr y el canto de los pájaros, mientras que el de la ciudad quizás recuerde las campanadas de la iglesia o el pitido de un tren que pasaba cerca de su casa, el pregón de los vendedores ambulantes o la filarmónica que anunciaba al  afilador de cuchillos y tijeras.


Al crecer nuevos sonidos se incorporan a nuestra vida como el del trompo al deslizarse y el que hacíamos con los  patines por la acera,  el tintineo del heladero llamando clientes, el raspado del hielo del granizadero,  la aldaba al tocar una puerta y la caja registradora de palanca al pagar en los establecimientos comerciales .

El tecleo en una máquina de escribir, el sonido de  un teléfono de disco y su timbre extendido en llamadas de larga distancia, el de  los pedales de la máquina de coser Singer, el cucú del reloj, el timbre de una bicicleta,  la estática de la televisión y el sonido de la aguja sobre el disco de vinilo cuando acababa eran parte de nuestra vida.

Con el desarrollo tecnológico nuevos sonidos se hicieron comunes como el de la computadora conectándose a Internet a través de un módem telefónico, el de una máquina de fax,  de una máquina sumadora, el de una cinta de casette al rebobinarse en la grabadora o en el  video

Algunos permanecen, por ejemplo,   la campana de la basura, los pregones en los tianguis para atraer a posibles compradores y las tradicionales canciones infantiles.

Por otra parte, los sonidos pueden alertar de posibles riesgos.

Vienen a la mente el claxon de un auto, el silbato del tren,  las alarmas contra incendio, y las alarmas por sismos , pues el oído puede utilizar esos sonidos como garantía de seguridad.

Otros nos avisan de dejar la vía libre como el de los carros de bomberos, las  patrullas de policía y las ambulancias.

Sonidos desagradables

Hay sonidos que a algunos les producen miedo como oír los truenos en una fuerte tempestad esperando si caerá un rayo.

Otros son desagradables al ser humano como el goteo de una pila, cuando una tiza chirría contra una pizarra, un  taladro al romper el pavimento de las calles, cuando se acopla el sonido de un micrófono, el llanto desmedido de un bebé o la alarma de un automóvil.

Mis Sonidos preferidos

He acumulado en mi memoria sonidos que me traen buenos recuerdos. Entre ellos están: 

El que producía el cabo con tinta sobre el papel en la clase de Caligrafía y el de una máquina de escribir, la campanita del heladero Reno al pasar todas las tardes por mi casa,  el de la cafetera italiana haciendo el café, las olas del mar contra la orilla de una playa, música instrumental y  canciones de distintas épocas de mi vida,  un reloj cucú al dar la hora, el ruido de las fichas de dominó al moverlas antes de empezar el juego y otros

Para saber

La misofonía es una afección provocada por una fuerte reacción a sonidos y ruidos específicos. El nombre «misofonía» y su definición provienen de las palabras latinas «miso» (odio) y «phonia» (sonido).  Esta afección no debe confundirse con la hiperacusia, que consiste en percibir ciertos sonidos de una forma anormalmente alta, y sentir incluso dolor físico al escucharlos.

Ambos son trastornos relacionados con una disminución de la tolerancia al sonido.

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