Museo de Cera de Guadalajara

 



Yo sabía que en otros países del mundo existen Museos de Cera, principalmente en Londres y Estados Unidos pero, nunca llegué a imaginar que Guadalajara tuviese uno…

Como un medio de atracción y publicidad, a la entrada hay una escenografía a tamaño natural que cambian cada cierto tiempo, es un avance de lo que el visitante encontrara adentro.

Breve descripción

Este museo se divide en diferentes secciones que van desde la representación fiel en cera a tamaño natural de importantes figuras de la política, las artes  y el espectáculo tanto de México como del mundo y entre las que encontré desde los principales presidentes y héroes de la independencia de México, a Fidel Castro, Barack Obama,  Diego Rivera y Frida Kahlo, al pintor Leonardo Da Vinci y su famosa Gioconda,  Celia Cruz, Cantinflas hasta  deportistas famosos.

Hay  una sala dedicada exclusivamente a la religión católica con la representación de una iglesia con bancos y personas de cera rezando frente a un estrado  donde se encuentra sentado, en un gran sillón, el Papa Juan Pablo II rodeado por imágenes de la Madre Teresa de Calcuta, la Virgen de Guadalupe, el indígena Diego y otras.

Más adelante esta el laberinto de  los espejos donde uno entra y cuesta mucho trabajo encontrar la salida que nos conduce a una sala infantil con los principales personajes de las películas de Disney y la representación de una escena de Blancanieves y los siete enanitos, por supuesto, incluida la bruja que no podría faltar en este cuento… Además tiene figuras de personajes infantiles más contemporáneos como Elmo, Superman, y otros de la preferencia de los niños.

A continuación, se pasa por un pasadizo secreto, muy oscuro, solo levemente iluminado por luces verdes indirectas y llegamos a la sala del terror! Que miedo! La gente se toma de la mano mientras se transita por ella pues, independientemente de las figuras y escenas representadas, hay baúles sorpresa de los que, cuando uno menos se lo piensa… sale un monstruo, calavera o esqueleto haciendo ruidos intimidatorios y rodeados de humo. Transcurridos varios minutos de recorrido, se llega a una fila de puertas viejas, llenas de goznes y rejas donde uno debe encontrar la salida final del museo.

Pero, el asunto no es tan fácil, para lograrlo, hay que tantear abriendo puertas y abrir cada una de ellas asusta  pues,  muestran monstruos, vampiros, etc. que salen de repente haciendo ruidos y ponen al pobre visitante en apuros…

Al fin, se abre la correcta y se pasa a través de una reja a la salida donde veo una tiendecita de suvenirs y objetos alegóricos al museo.

Fue una experiencia emocionante.

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