Lago de Chapala

Chapala significa “lugar de búcaros u ollas pequeñas” (náhuatl); “lugar muy mojado o empapado” (coca), o el “lugar de chapulines sobre el agua” (náhuatl).

En sus orígenes Chapala o Chapallan fue un asentamiento prehispánico cuya antigüedad más remota es encontrada en el siglo XII de nuestra era, cuando una migración de tribus de origen náhuatl provenientes del noroeste del país llegó a  estas latitudes.

El lago de Chapala es un embalse natural situado entre los estados de Jalisco y Michoacán.

Es el más grande de México al contar con 1,112 km², con una profundidad de aproximadamente 9 metros. Abastece a la ciudad de Guadalajara y siempre se está muy pendiente del nivel de sus aguas. En el Lago nace el río Santiago, cerca de Ocotlán, por lo que se le considera una extensión del Río Lerma. Recorriendo 443 Km., atraviesa varios estados y la Sierra Madre Occidental para luego descender a la costa y desaguar en el Océano Pacífico.

Todos los años la Virgen de Zapopan  visita Chapala para que los naturales del lugar le pidan abundancia de lluvias para aumentar su nivel. Es una fiesta, tocan los mariachis y todos comparten comida y cantos con alegría.

Se sitúan sillas en la plaza al aire libre para que los fieles se sienten y le recen a la virgen.

Esta actividad dura todo el día.

El primer residente extranjero  del lago fue el inglés Septimus Crow, quien enfermo de artritis y habiéndole  recomendado las aguas calientes y sulfurosas de esta región, compró un terreno y se registró en 1898. Sin embargo, fue el presidente Porfirio Díaz el que hizo famosa esta zona  a nivel nacional cuando en 1904 empezó a pasar allí sus vacaciones. Más tarde, fue muy frecuentada por  escritores y pintores americanos y después de la II Guerra Mundial, por las familias de militares norteamericanos retirados. Hoy en día está  prioritariamente habitada por norteamericanos y canadienses de la tercera edad.
Bajo un fuerte sol llegamos al Lago de Chapala. Por un camino nos acercamos al lago, en ese momento con su nivel un poco bajo, hace muchos días que no llueve…

Algunas aves, no muchas.

A lo lejos, se observa la Isla de los Alacranes, que la cultura  huichol considera un centro ceremonial. Hay  40  lanchas  que los turistas pueden alquilar para visitarla. Otros prefieren ir a la Isla de Mezcala, conocida también como la Isla del Presidio. De 1812 a 1816, un pequeño grupo de rebeldes detuvieron a  marinos de la armada española en forma contundente. Los españoles, cansados de humillaciones, negociaron una rendición pacífica con los insurgentes. Posteriormente la isla fue prisión por varios años.

En ambas islas se pescan charales, especie endémica de este lugar. Son pequeños y delgados pescados que se secan al sol. Se venden en las fondas o bien los comerciantes ambulantes los ofrecen dorados, adobados o empanizados. Son riquísimos con jugo de limón y chile.

 Se consumen como botana, con una cerveza o tequila, previo al platillo principal.

Abundan los  puntos de venta de  huaraches, artesanías, vestidos, blusas, sombreros, carteras y los tradicionales dulces de leche. Hay  gran variedad, para todos los gustos.

Me llaman la atención entre las artesanías adornos tallados en huesos de vacas, tejas decoradas con imágenes de santos y del lago.
Decidimos comprar nieve de garrafa para paliar un poco el calor sofocante que sentíamos. Los precios de las nieves son de 10, 15 y 20 pesos, en vaso o en barquillo.

Al ir al parqueo a recoger el carro, vi  una india exhibiendo para su venta, preciosos sarapes de vistosos y mezclados colores, hechos a mano, eran una maravilla!

De regreso visitamos el pueblo, la iglesia y la plaza central con su fuente tradicional. A su lado un bote en desuso representa el medio de trabajo habitual de sus habitantes.

Recorrimos los alrededores, muchas casas típicas, tiendas de souvenirs y abundancia de extranjeros.

En el jardín del Palacio Municipal, había una controvertida reunión con los residentes norteamericanos de la zona, observamos y nos alejamos.

Nuestra próxima meta  es llegar a la Birriería Chololo.

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