sábado, 12 de agosto de 2023

Vanites

Desde la Antigüedad hombres y mujeres se han preocupado por su imagen, hoy con nuevos inventos y accesorios el maquillaje está al alcance de cualquier presupuesto.

Antecedentes

Egipto, Roma, Grecia y otras civilizaciones usaban productos cosméticos de origen animal y vegetal, a excepción de la cerusa y el antimonio

Las romanas tenían esclavas especialmente dedicadas a maquillarlas, aplicando polvo facial, pintando los ojos, cejas y labios así como peinándolas.

El polvo  que usaban era de galena, de plomo o de bismuto llamado en griego stimmé y en latín stibium .

Las geishas aplicaban pasta blanca y polvos para el  rostro y la espalda. Durante  el siglo XVI el auge de los cosméticos surgió en Italia con los monjes de Santa María Novella que inventaron el primer laboratorio donde se elaboraron cosméticos y medicinas. Las mujeres de Venecia se maquillaban de color blanco el rostro y de igual forma el escote.

En el siglo XVIII durante el reinado de Carlos I en Londres un joven llamado Yardley inaugura la primera empresa que fabricaba productos de tocador.

Polvo facial

El comienzo del polvo como maquillaje se remonta al siglo 100 a.C. cuando una mujer de la época tuvo la iniciativa de proteger su rostro con crema, tiza y vinagre para verse más atractiva.

En la antigua China crearon el polvo de arroz, un recurso natural utilizado para el uso de la belleza y el primer producto de este tipo creado en la época. Un cosmético con el que las mujeres de clase alta lucían un rostro elegante. Uniformiza el color, tono y las luces en la piel al mismo tiempo que, mantiene hidratadas las zonas secas del rostro, dejando la piel extremadamente lisa y suave.

Durante muchos años estuvo en la preferencia de la mayoría.

En 1863 se crearon los polvos tal y como los conocemos ahora. El actor francés  Joseph-Albert Ponsin fue el creador del primer maquillaje cocido, ideado para los intérpretes teatrales que tenían que echar mano de unas grasientas barras de crema blanda antes de salir a escena.

Aquella fórmula mágica, que conseguía una textura fina y sedosa, se basaba en cocer una mezcla a base de polvo machacado con agua y unos gramos de nácar. Una técnica que revolucionó el mundo de la cosmética.  En 1868, su inventor decidió dejarla en manos de Alexandre-Napoleón Bourjois, que lo comercializó en pequeñas cajitas redondas, seña de identidad de esta casa.

Pronto tuvo competidores en diferentes países

Llega el Vanite

Con polvo facial se llenaba el vanite, tenía una rejilla muy fina interior para solo usar con la mota lo imprescindible, además de un espejo para que la dueña viera como lo aplicaba.

En distintas etapas los hubo sofisticados, de colores diversos y variadas formas, según la clase que lo usaba y el presupuesto del que disponía.

Comenzó en Europa y pronto se extendió a América

Mi experiencia en Cuba

A principio de  los años 50 la mayoría de las mujeres que yo conocía, usaban polvo facial Tres flores, en las revistas se veía su publicidad y era muy fácil comprarlo en quincallas y tiendas.

A finales de esa época Avon intensificó su publicidad y vendedoras visitaban las casas donde la dueña invitaba a varias amigas a ver los productos. A mi casa fue una vendedora y ahí por primera vez conocí el vanite de polvo compacto. Después de los 60 en Cuba se podía encontrar cajas de polvo facial  Cirene y Minuet que luego desaparecieron

Vanites para todas!

Hoy es común encontrar en muchos países polvo compacto en vanites y también otros cosméticos con un tipo de estuche parecido.

Sombras, rubor, polvo compacto, brochas  y otros productos de belleza puede adquirirlos en Guadalajara en tiendas especializadas, Waldo's, supermercados y otras tiendas.

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