miércoles, 27 de marzo de 2013

Libros y Tabaco


Los libros suelen asociarse con estudio, investigación, conocimientos, entretenimiento, regalos… pero…con tabaco?
Hay un oficio que data desde el siglo XIX ya perdido en México pero aun vivo en Cuba: el lector de tabaquería…
Cómo surge? Cuando? Donde?

El tabaco maya llega a Cuba…

El  yetl (tabaco en Náhuatl), se originó en las tierras que ocupó la cultura maya: Chiapas, Campeche, Yucatán, Guatemala y Honduras. 
Los mayas eran marinos y comerciaban por todo el Golfo de México, incluyendo las islas del Caribe, llevando cacao, henequén  y semillas de una variedad Mexicana de tabaco (nicotiana tabacum), originaria de Yucatán. También comerciaban con los olmecas por lo que  el tabaco se difundió por  todo el norte de América hasta Canadá
La Española fue la primera en recibir las semillas de tabaco, seguida años después por Cuba.
Cuando se coloniza América, el consumo de tabaco estaba extendido por todo el continente. El religioso franciscano español Bernardino de Sahagún describe en su “Historia general de las cosas de Nueva España” las cañas de humo que se llaman Yetlalli así como el uso del tabaco para aliviar enfermedades. También esta hierba era utilizada en ritos, ceremonias, en las adivinaciones y sahumerios dedicados a los muertos y a los dioses, en encantamientos y hechizos.
Por orden de Felipe II, Hernández de Boncalo, cronista e historiador de las Indias, fue quien llevó las primeras semillas de tabaco  a Europa en 1559 procedentes de Yucatán.
Pronto el  tabaco se popularizo en  todo ese continente.

La corona española establece  el monopolio del tabaco creando estancos en toda América entre ellos, en la región de Orizaba,  Veracruz, México,  en La Habana y en otras ciudades.
En 1768 España publicó un bando que establecía las fábricas de puros y cigarros en tierras novohispanas, surgen las primeras fábricas de comerciantes españoles en ambos países.  Las condiciones  eran similares en  los establecimientos tabaqueros de la península ibérica, Cuba, Veracruz y la ciudad de México.
En las fábricas se realizaban 12 oficios diferentes relacionados con la manufactura del tabaco, los obreros permanecían muchas horas sentados en sus puestos torciendo las hojas, elaborando las vitolas o dándole fina terminación a cada puro.

Lectores de tabaquería

Para hacer más soportables las largas y monótonas  jornadas de trabajo, empresarios españoles introducen al lector de tabaquería. 
Era un empleado de la misma fábrica sentado en una silla sobre una tarima que lo situaba  por encima de los presentes para que todos pudieran oírlo, leía  periódicos, novelas y documentos de interés  para los trabajadores.
Algunas fuentes aseguran que el lector de tabaquería surgió en 1864, en el taller de Viñas de Bejucal, Cuba. Este oficio se extendió rápidamente por  todo el país y,  al finalizar el mes de mayo de 1866, las principales tabaquerías de La Habana y de los pueblos cercanos a la Capital contaban con su correspondiente lector.
Con la Guerra de los Diez años (1868-1878) en Cuba, muchos tabaqueros que querían la independencia de España son perseguidos y emigran  a Veracruz, New Orleans, Cayo Hueso, Filadelfia y New York. Es así como se introduce el oficio de lector de tabaquería en México aunque se atribuye a la rígida censura y a la presencia de la radio,  su rápida desaparición en el país.

En 2007, la escritora mexicana Araceli Tinajero obtiene Mención Honorífica en la categoría de ensayo histórico-social del Premio Casa de las Américas con su libro "El lector de la tabaquería: Historia de una tradición cubana"
Está basado en testimonios, recortes de prensa de la época, memorias, etc. El libro se divide en: 1. La lectura de tabaquería desde sus orígenes hasta 1900; 2. La lectura en los Estados Unidos y en Puerto Rico; 3. La lectura en Cuba, México y República Dominicana desde 1902 hasta el presente.
El oficio Lector de Tabaquería fue  propuesto a la UNESCO como patrimonio oral e intangible de la humanidad.
Actualmente existen cerca de 300 "lectores de tabaquerías" que cultivan y entretienen a los torcedores en las fábricas de Cuba quienes escuchan desde clásicos de la literatura universal, artículos políticos, sociales o legales, hasta recetas de cocina o consejos sobre sexualidad.

Una fábrica de tabaco convertida en biblioteca…

En  1769 comenzó a funcionar la Real Fábrica  de la Nueva España en ciudad de México y en  1807 ocupa  un hermoso edificio neoclásico de 28.000 metros cuadrados ubicado en La Ciudadela hasta la segunda década del siglo XIX cuando la fábrica fue cerrada.
Después fue convertida en fortaleza militar, luego en prisión, en fábrica y depósito de armas, declarada monumento de valor histórico en 1931 y transformada en 1946 en la Biblioteca de México “José Vasconcelos”.
En 2011 se inició su remodelación para convertirla en un centro cultural de vanguardia.

El nuevo espacio inaugurado en noviembre 2012,  alberga alrededor de 220 mil volúmenes y  está dividido en cuatro patios: el de los Escritores, alrededor del cual hay cinco extraordinarias bibliotecas personales (de Antonio Castro Leal, Alí Chumacero, Jaime García Terrés, José Luis Martínez y Carlos Monsiváis), el de Lectura, un tercero para la Imagen y el último dedicado al Cine.
El centro cuenta ahora con una librería, accesos especiales para discapacitados, salas de lectura y digitales, una galería de exposiciones, un teatro y una biblioteca para niños.
La Ciudadela, ahora llamada Ciudad de los libros y la Imagen, tiene en su centro “La hoja de tabaco”, del artista holandés residente  en México Jan Hendrix. Es una escultura de aluminio blanco cubierta de cerámica que proyecta interesantes juegos de luz y recuerda la primera función de este recinto

Curiosidades

- La chaveta es una cuchilla plana de metal con la que se corta la hoja del tabaco en las fábricas. Es tradición que  si los trabajadores quedan satisfechos con la labor del lector de tabaquería suenen contra las mesas a manera de aplauso sus chavetas  pero si están insatisfechos, entonces tirarán al suelo dicha herramienta.
Entre las obras de la literatura universal que se han mantenido la preferencia de los tabaqueros a través del tiempo sobresalen: “El Conde de Montecristo”, de Alejandro Dumas, “Romeo y Julieta”, de William Shakespeare y  “El Rojo y el Negro” de Stendhal.

- El Doctor en Ciencias Agrícolas Gilberto Torrecilla Guerra, investigador de la Estación Experimental del Tabaco de Cabaiguán, Cuba, ha recopilado en un Diccionario más de 2 000 palabras  del vocabulario tabacalero, personajes y hechos históricos como las sublevaciones de los vegueros,  la introducción de la máquina torcedora en Cuba y   otros tópicos que guardan relación con el tabaco en Cuba.

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