Desde la Antigüedad hombres y mujeres se han preocupado por su imagen, hoy
con nuevos inventos y accesorios el maquillaje está al alcance de cualquier
presupuesto.
Antecedentes
Egipto, Roma, Grecia y otras civilizaciones usaban productos cosméticos
de origen animal y vegetal, a excepción de la cerusa y el antimonio
Las romanas tenían esclavas especialmente dedicadas a
maquillarlas, aplicando polvo facial, pintando los ojos, cejas y labios así
como peinándolas.
El polvo que usaban era de galena, de plomo o de bismuto llamado en griego stimmé y en latín
stibium .
Las geishas aplicaban pasta blanca y polvos para el rostro y la espalda. Durante el siglo XVI el auge de los cosméticos surgió
en Italia con los monjes de Santa María Novella que inventaron el primer
laboratorio donde se elaboraron cosméticos y medicinas. Las mujeres de Venecia se
maquillaban de color blanco el rostro y de igual forma el escote.
En el siglo XVIII durante el reinado de Carlos I en Londres un
joven llamado Yardley inaugura la primera empresa que fabricaba productos de
tocador.
Polvo facial
El comienzo del polvo como maquillaje se remonta al siglo 100 a.C.
cuando una mujer de la época tuvo la iniciativa de proteger su rostro con
crema, tiza y vinagre para verse más atractiva.
En la antigua China crearon el polvo de arroz, un recurso natural
utilizado para el uso de la belleza y el primer producto de este tipo creado en
la época. Un cosmético con el que las mujeres de clase alta lucían un rostro
elegante. Uniformiza el color, tono y las luces en la piel al mismo tiempo que,
mantiene hidratadas las zonas secas del rostro, dejando la piel extremadamente
lisa y suave.
Durante muchos años estuvo en la preferencia de la mayoría.
En 1863 se crearon los polvos tal y como los conocemos ahora. El
actor francés Joseph-Albert Ponsin fue
el creador del primer maquillaje cocido, ideado para los intérpretes teatrales
que tenían que echar mano de unas grasientas barras de crema blanda antes de
salir a escena.
Aquella fórmula mágica, que conseguía una textura fina y sedosa, se
basaba en cocer una mezcla a base de polvo machacado con agua y unos gramos de
nácar. Una técnica que revolucionó el mundo de la cosmética. En 1868, su inventor decidió dejarla en manos
de Alexandre-Napoleón Bourjois, que lo comercializó en pequeñas cajitas
redondas, seña de identidad de esta casa.
Pronto tuvo competidores en diferentes países
Llega el Vanite
Con polvo facial se llenaba el vanite, tenía una rejilla muy fina
interior para solo usar con la mota lo imprescindible, además de un espejo para
que la dueña viera como lo aplicaba.
En distintas etapas los hubo sofisticados, de colores diversos y
variadas formas, según la clase que lo usaba y el presupuesto del que disponía.
Comenzó en Europa y pronto se
extendió a América
Mi experiencia en Cuba
A principio de los años 50 la mayoría de las mujeres que yo conocía, usaban polvo facial
Tres flores, en las revistas se veía su publicidad y era muy fácil comprarlo en
quincallas y tiendas.
A finales de esa época Avon intensificó su publicidad y
vendedoras visitaban las casas donde la dueña invitaba a varias amigas a ver
los productos. A mi casa fue una vendedora y ahí por primera vez conocí el
vanite de polvo compacto. Después de los 60 en Cuba se podía encontrar cajas de
polvo facial Cirene y Minuet que luego
desaparecieron
Vanites para todas!
Hoy es común encontrar en muchos países polvo compacto en
vanites y también otros cosméticos con un tipo de estuche parecido.
Sombras, rubor, polvo compacto, brochas y otros productos de belleza puede adquirirlos
en Guadalajara en tiendas especializadas, Waldo's, supermercados y otras
tiendas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario